061/230 – Navatrasierra

Aunque hay algún indicio de construcciones primitivas como el Castillejo, ya desaparecida, que el catedrático Jiménez de Gregorio asegura que se trataba de un pequeño castro ibero celta y que más tarde podría haberse habitado por los árabes como castillo, nuestros antepasados contaban que los primeros pobladores de Navatrasierra fueron los colmeneros y los vaqueros de Villar del Pedroso que venían con vacas, durante los veranos, a los terrenos colindantes al pueblo.​ Así, Navatrasierra nació siendo una pequeña alquería, formada por un puñado de casas y por una pequeña extensión de terreno. El lugar ahora ocupado por las casas del pueblo, sus huertos, prados y cercas, era en su mayoría un terreno encharcado por la abundancia de agua en toda la zona, siendo probablemente éste el origen de su nombre: Nava tras sierras o Navaentresierras (el término ‘Nava’ significa llanura pantanosa entre sierras). Además este terreno estaba todo cubierto de arbustos de todas clases: zarzales, sauceras, durillas, juncos, parras silvestres y un buen número de árboles como alisos o fresnos, de los que aún quedan algunos ejemplares. Los primeros pobladores drenaron y desbrozaron estos terrenos, para hacerlos cultivables, formando los fértiles prados y cercas que rodean al pueblo.

Los hechos más destacables de la historia de Navatrasierra son los siguientes:

En 1246 la zona de las Villuercas, entre la sierra de Altamira y la sierra de Guadalupe, así como los terrenos que forman actualmente la Jara pasan a pertenecer a las tierras de Talavera, cuando estos terrenos fueron liberados del dominio de los árabes. Los leñadores, ballesteros o cazadores y colmeneros fueron los primeros en repoblar esta zona serrana. Así Carrascalejo fue, en sus comienzos cristianos, una posada de colmenas, y este sería el origen de los primeros caseríos en Navatrasierra, como una posada de colmenas, como así lo atestigua el sitio conocido por «El Colmenar» próximo al pueblo. En el siglo xiv, el rey Pedro I el Cruel manda construir la casa del Hospital del Obispo, en el Valle del mismo nombre, para su recreo. Más tarde, el rey D.Enrique, hermano de dicho rey, la destinó para hospedaje y atención de los peregrinos que se dirigían al monasterio de Guadalupe por el Camino Real, que partiendo de Toledo y Madrid pasaba por estos territorios. Por el pasaron ilustres personajes como: el rey Felipe el Hermoso con su esposa Juana la Loca, los Reyes Católicos y el emperador Carlos V. En el siglo xv la población en el término de Navatrasierra se reduciría a viviendas aisladas y dispersas, que serían chozas de lanchas (pizarra) y barro, cerca de las posadas de colmenas o en el interior del monte. A principios del siglo xviii, existían varias posadas en terreno perteneciente al término de Villar, pero bajo la jurisdicción del Concejo de Talavera. Podemos citar la existencia de varias de estas posadas en el año 1710, situadas en el actual término de Navatrasierra: la posada de Valdefuentes, la posada de la Venta del Puerto, la posada de Linarejos; la posada de la Talanquera, o la posada de Santo Tomé. En esta época solamente existían unas pocas casas agrupadas en tres barrios separados, formado cada uno de ellos por un callejón cerrado con una sola entrada. Estos barrios eran conocidos como el barrio de la Campana, el barrio de la Esquina (o del Chorro), y el barrio del Altozano o de arriba. Después se fueron construyendo casas desde el barrio de la Esquina hasta el barrio del Tiro Barra formando primero la calle Real (ahora Dr. Garrido), cuya parte alta coincide hoy con la calle de la Fuente y la calle Corralada. En el año 1833, se divide el territorio español en 49 provincias. De esta forma Navatrasierra pasa a formar parte de la provincia de Cáceres, quedando como anejo de Villar del Pedroso, y perdiendo toda dependencia de la villa de Talavera, a la cual había pertenecido hasta este año de 1833. En 1860 don José de Salamanca compra la Dehesa del Hospital del Obispo, con arreglo a las leyes de Desamortización, quedando el pueblo rodeado por los terrenos de la Dehesa. Los vecinos del pueblo solicitan al Sr. de Salamanca que les ceda los terrenos que rodean al pueblo para aprovechamiento con sus ganados, así como los labrados que tiene contiguos al pueblo, atendiendo a que tampoco tenían de donde sacar leñas para sus usos. El Sr. de Salamanca accede a hacer esta donación, y traspasa los terrenos solicitados a los vecinos de Navaentresierra, quedando este hecho reflejado en la escritura con fecha 24 de febrero de 1861. Para explotar estas dos mil fanegas de terrenos se hace necesario contratar mano de obra procedente de los pueblos de los alrededores. De esta manera, en las dos últimas décadas del siglo, van llegando al pueblo jornaleros para labrar las tierras y cabreros contratados por los nuevos propietarios. En el año 1901 se toma oficialmente el nombre del pueblo como Navatrasierra, sustituyéndolo por el de Navaentresierra utilizado anteriormente. En este mismo año se bendice y se amplía el cementerio. En 1918 hubo una grave epidemia de gripe que produjo muchas muertes entre los habitantes de la Nava, murieron alrededor de 32 personas de todas las edades. En 1920 el marqués de la Romana corta los robles centenarios del Valle del Hospital para vender la madera. Entonces el único camino útil era el camino Real, pero solo era un camino de herradura por el que no podían transitar los carros. Por tal motivo fue necesario construir un camino para transportar la madera, el cual daría origen a la actual carretera. En 1934 el marqués de la Romana vende la Dehesa del Hospital a varios vecinos de Navatrasierra, por la cantidad de 25 000 pesetas. En 1936 estalla la Guerra Civil y sacude al pueblo de Navatrasierra situándose el frente en las cercanías del pueblo, en el risco Pelado. Los años posteriores a la Guerra Civil, en los años 40, el pueblo padeció el acoso de los «maquis» o «tíos de la sierra», como se les llamaba aquí, que eran miembros de las filas republicanas y bandoleros criminales que huían de la justicia tras haber cometido sus crímenes en la guerra. En 1959 se produjo en Navatrasierra una gran transformación al llevarse a cabo una serie de obras que cambiaron la vida de este pueblo. Estas cambios llegaron de la mano de la mejora de la economía nacional. Las principales obras fueron la construcción del depósito de agua, del cementerio nuevo en el Cerrillo y de la escuela, también se instaló un teléfono, la luz eléctrica, el agua corriente en las casas, cuatro fuentes en las calles del pueblo, el empedrado de la travesía de la carretera por el casco urbano, y los lavaderos públicos (las pilas). El 17 de septiembre de 1985 el Gobierno dictó un Decreto, por el que se aprobaba la constitución de Entidad Local Menor de Navatrasierra, en el término municipal de Villar del Pedroso, (publicado en el BOE número 259, de 29 de octubre de 1985). De esta forma Navatrasierra pasa a tener una cierta independencia de dicho Municipio a la hora de autogobernarse, pues, entre otras cosas, pueden elegir directamente a su Alcalde Pedáneo y gestionar sus recursos. En noviembre de 2008 la Junta Vecinal de la Entidad Local Menor aprobó sus símbolos: Escudo y Bandera.

Madrid V

Es 31 de octubre de 2023 y la princesa Leonor cumple 18 años, con su mayoría de edad, llega uno de los actos más importantes como heredera, la jura de la Constitución española.

Y la analógica o química:

060/230 – El Gordo


Se desconoce exactamente el origen de El Gordo, si bien era un anexo de La Puebla de Naciados o, anteriormente, Puebla de Santiago del Campo Arañuelo. El paulatino despoblamiento de esta villa motivado por la pérdida de importancia del Puente del Conde que cruzaba el río Tajo formando parte de la calzada romana que unía Zaragoza con Mérida y que, posteriormente, fue volado durante la llamada Guerra de la Independencia, por la construcción de los puentes del Arzobispo y de Almaraz, provocó el incremento de los habitantes en las aldeas dependientes como fue el caso de El Gordo y Berrocalejo.

Esta villa de La Puebla de Naciados, fue la capital del Campo Arañuelo. A ella pertenecían, aparte de los ya citados poblados de El Gordo y Berrocalejo, Valdeverdeja, en la provincia de Toledo y las alquerías de El Bravo, Valdelaosa, El Bañuelo y Bercinuño entre otras, así como Talavera la Vieja, la antigua población, hoy bajo las aguas del pantano de Valdecañas, que guardaba interesantes restos arqueológicos de su época romana, Bohonal de Ibor y La Poveda. Restos romanos se encontraron en La Puebla, como la «fuente de los muertos» así como cerámicas más antiguas, por lo que se puede establecer la gran antigüedad de este asentamiento.
A partir de la conquista de Toledo en 1085 y hasta la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212 la frontera entre los reinos cristianos de Castilla y León y el taifa de Badajoz se establece entre Vascos (otro despoblado de la comarca) y Alija. La villa estaba defendida por el Castillo de Alija y la fortaleza de Peñaflor que protegían el Puente del Conde. Esa es la época de los Caballeros de Santiago y del repoblamiento de La Puebla, propiciado por la ciudad de Ávila, a cuya diócesis pertenecía y ha pertenecido hasta los años 60 del siglo XX, de los enaciados.​ La tradición les supone espías y, aunque en ocasiones pudieron ejercer este oficio, su ocupación era la de arrieros, actividad que se ha mantenido entre la gente de El Gordo hasta hace pocos años. Su oficio les posibilitaba el conocimiento de las lenguas de unos y otros, por lo que, frecuentemente eran utilizados en misiones de embajada y, naturalmente, también de espionaje aunque, por su continuo ir y venir, eran los habituales transmisores de noticias. En 1393, Enrique III el Doliente, coloca la villa bajo el señorío del Condestable Dávalos. En 1423 las villas de Candeleda y la Puebla de Santiago pasan a propiedad de D. Pedro Zúñiga, Justicia Mayor del Reino.
En 1457 Enrique IV instituye el Condado de Miranda del Castañar que ostenta, ente otras muchas villas y tierras, la propiedad de La Puebla y de sus anexos Valdeverdeja, El Gordo, Berrocalejo, así como Bohonal de Ibor y Talavera la Vieja. El Primer Conde de Miranda era, al mismo tiempo, Señor de Peñaranda de Duero, título transformado en ducado a final del siglo XVI. Desde entonces y hasta el día de hoy, la Puebla de Naciados y, por lo tanto, El Gordo han estado vinculados al ducado de Peñaranda que aún hoy mantiene importantes propiedades como El Guadalperal en las tierras de la desaparecida villa. Avanzada la Reconquista y situada la frontera bien al sur, pierde esta región importancia estratégica al tiempo que gana importancia comercial y económica. En efecto el paso de mercancías y personas por el Puente del Conde, así como el del ganado trashumante de la Cañada segoviana reportaba saneados ingresos para la villa y para las arcas condales, por otra parte, los molinos, aceñas y batanes, algunos en uso hasta tiempos recientes, producían igualmente importantes ingresos. La construcción en 1537 del Puente de Almaraz y la paulatina creación de la carrera de Extremadura hacen que el Puente del Conde deje de resultar paso obligado y comience a perder importancia económica para la Villa. Además de los citados molinos y batanes del río, la importancia económica de esta zona se basaba en la floreciente ganadería de sus dehesas, en los regadíos con cultivos de lino en Valdeverdeja que tenía importantes telares y algodón en La Monja junto con otros productos típicos del regadío y, en los últimos tiempos, tabaco. El camino que baja de esta ciudad por los puertos, recibió el nombre de «carrera de La Puebla», signo de la importancia que, como capital del Campo Arañuelo, tuvo la Puebla de Naciados para la gente de Ávila. Mudo testigo de aquellos tiempos el rollo, con el escudo de los Zúñigas, sigue hoy en pie contemplando la ruina total del caserío y de la iglesia que, bajo la advocación de Santiago, se levantaba orgullosa a su frente y buscando inútilmente entre las encinas de La Cardenilla y de Bercinuño el camino que Roma construyera.

Durante la Guerra de la Independencia, un destacamento francés bajo el mando de Mortier, se asentó en El Gordo. Cometieron numerosas tropelías, entre ellas el saqueo de la iglesia. Un sacristán salvó las hostias consagradas de la profanación y se las entregó a la Madre Inés de Santa Teresa de Jesús, quien las ocultó hasta encontrar un sacerdote que las consumiera. La Madre Inés, carmelita, nacida como Inés Alía Igual de Soria, gordeña, estaba refugiada en su pueblo porque los franceses habían ocupado su convento en Talavera. Hoy está beatificada por la Iglesia en la espera de que se la ascienda a los altares. Era sobrina de un personaje importante en la época y nada valorado por sus paisanos actuales, se trata de Lorenzo Igual de Soria que fue Doctor en Derecho Canónigo y Civil, Catedrático de la Universidad Complutense, Inquisidor del Santo Oficio de Madrid, Párroco de la iglesia de San Ginés en Madrid y obispo de Pamplona y de Plasencia y miembro de las Cortes Constituyentes de Cádiz.

Se desconoce el origen del nombre de esta villa, circulando diversas leyendas al respecto, pero dado que este pueblo perteneció a la provincia de Ávila hasta el 30 de noviembre de 1833 cuando se crea la provincia de Cáceres. A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura y desde 1834 queda integrado en el Partido Judicial de Navalmoral de la Mata.​ En el censo de 1842 contaba con 150 hogares y 821 vecinos. La historia documental de la Villa de la Puebla de Santiago del Campo Arañuelo y la propia de El Gordo, para vergüenza de todos los nacidos en estas tierras, fue arrojada a un vertedero y prendida fuego por la incultura de un alcalde reciente que, al reformar el edificio del Ayuntamiento, quiso desprenderse de todos aquellos «papeles viejos».​ Entre estos viejos papeles la cesión de tierras a «vecinos y moradores» de El Gordo por parte de la Emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo que pasó largas temporadas de su vida en esta villa, en el palacio ducal del Conde de Peñaranda en El Guadalperal, donde recibía frecuentes visitas de S.M. El Rey de España y sobrino suyo.

059/230 – Berrocalejo

Desde su reconquista en el año 1085, Berrocalejo pasó a formar parte de la Comunidad de Villa y Tierra de Ávila, y de hecho perteneció a la provincia de Ávila hasta 1833. Tras la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional y es incluida en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en Partido Judicial de Navalmoral de la Mata.​ En el censo de 1842 contaba con 130 hogares y 712 vecinos. En 2023 contaba con una población de 120 habitantes.

Escudo e info de la Wikipedia.

058/230 – Talayuela

Talayuela surgió en el siglo XVI a partir de Plasencia y se construyó en este mismo siglo la iglesia de San Martín, que desde un punto de vista arquitectónico es el monumento más notable. Está situada en la comarca del Campo Arañuelo, nombre que según los historiadores proviene de campo rañuelo, de la palabra empleada antiguamente en la zona para designar las afloraciones de de piedras de granito, rañas.

Desde su fundación, la enfermedad del paludismo, muy extendida por la zona, impidió el correcto desarrollo del pueblo, que hasta mediados de siglo xix no consiguió llegar a tener quinientos habitantes. La importancia del paludismo como obstáculo para el desarrollo de la comarca puede verse en que en 1925 se instaló en el vecino pueblo de Navalmoral de la Mata la sede del Instituto Nacional Antipalúdico, por el cual pasaron importantes doctores y científicos hasta la erradicación de la enfermedad en 1963.​

El término de Talayuela fue lugar de experimentos para el científico Sadí de Buen Lozano. Con ayuda de su hermano Fernando, naturalista especializado en la vida acuática, Sadí de Buen introdujo en Europa la especie americana Gambusia affinis o Gambusia holbrooki, un pez carnívoro propio de los ríos que desaguan en el golfo de México. Gambusia es un carnívoro que se alimenta cerca de la superficie, devorando ávidamente las larvas de mosquito. De Buen supo identificar las quebradas (arroyos de régimen irregular) del término municipal de Talayuela como un lugar adecuado para su aclimatación, que hasta entonces había resultado imposible. Desde Talayuela se puso en marcha una red de criaderos en todas las provincias palúdicas, y de allí salieron las gambusias con las que en adelante se combatió el paludismo en Italia primero, y luego en el resto de Europa y en el Norte de África.​

La erradicación del paludismo permitió que durante la dictadura franquista se crearan numerosos pueblos en el Campo Arañuelo, en lugares que hasta el momento habían estado prácticamente despoblados. En la segunda mitad de siglo xx, el municipio de Talayuela se componía de nueve pueblos: Talayuela, Rosalejo, Tiétar del Caudillo, Pueblonuevo de Miramontes, Santa María de las Lomas, La Barquilla, Barquilla de Pinares, El Centenillo y Palancoso. Esto, unido a la fuerte inmigración marroquí que se produjo en los años 1990, hizo que la población del municipio pasara de unos mil habitantes a mediados de siglo xx a más de ocho mil en el censo de 2001. En la actualidad, el municipio sufre un proceso de desintegración, pues Rosalejo, Tiétar y Pueblonuevo de Miramontes se han constituido en municipios separados. En 2023 contaba con una población de 7273 habitantes.

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