51/230 – Toril

En 2022 contaba con 154 habitantes.

ORÍGENES Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Es difícil encuadrar en el tiempo la actual villa de Toril ya que existen pocos datos históricos al respecto. Algún autor señala la existencia de una ciudad romana «Lacipea», en el término de Toril, pero no corresponde al lugar actual de la villa.
Su antiguo nombre parece ser era Torril, (nombre derivado de torre), del que procede el actual de Toril.
Se consolida como aldea probablemente a mediados del siglo XV bajo la corona de Castilla, aunque sus orígenes como núcleo ganadero perteneciente al Sexmo del «Campo Arañuelo», administrado por la cuidad de Plasencia, datan del siglo XIV. En este siglo fue poblado por mandato de esta ciudad.
Datos de población del año 1400, cuando se hizo la moneda Forera para satisfacer dieciséis maravedíes por vecino, censaban 22 vecinos entre los lugares de Toril, Casares y Millanes.
En 1492 Toril contaba ya con 66 vecinos, en 1580 con 98 vecinos produciéndose un gran descenso en 1717 pasando a 21 vecino debido a guerras y epidemias.
Datos del archivo de Simancas de 1752 en una consulta a sus habitantes se censan 30 casas habitadas y 48 vecinos, lo que supondría unos 200 habitantes. En 1940 se censan 498 habitantes. En 1981 databa de 701 habitantes. En 1986 , 400 habitantes. Actualmente cuenta con 230 habitantes y 150 electores.

En los últimos años en Extremadura se está produciendo un interesante esfuerzo de recuperación de su Historia tanto el ámbito académico de la Universidad como a través de otras iniciativas culturales, municipal y comarcal. En esos círculos de investigación también está floreciendo el nombre de Toril, aunque no sea de una forma protagonista. Dos son las razones por las que los foros señalados abordan superficialmente al pueblo de Toril: la ausencia de estudios generales sobre la diócesis de Plasencia y la pérdida de los archivos Parroquial y Municipal de Toril.

Es una verdadera lástima que los archivos Diocesano y Catedralicio de Plasencia sigan careciendo de una catalogación adecuada y de estudios generales suficientes que nos permitieran la reconstrucción detallada de la historia octogenaria diócesis extremeña. Es cierto que se que se han abordado investigaciones sobre la diócesis especialmente sobre la Edad Media, y sobre la ciudad, especialmente en la Edad Moderna. Pero por muy valiosos que sean estos discursos, son parciales y no aportan sino datos esporádicos y salteados. Sin embargo, a esa literatura de investigación debemos acudir para buscar datos sobre Toril porque sus archivos documentales se perdieron a manos de las sucesivas invasiones que sufrió el pueblo de Toril tanto en la guerra de Sucesión (principios del s.XVIII) como en la de la Independencia (principios del s.XIX), cirscunstancia ya denunciada por Madoz: «Este pueblo ha quedado reducido a su actual vecindario (12 vecinos, 65 almas) desde la guerra de la Independencia, en la que por su posición sufrió grandes daños». Antes, pues del siglo XIX tan sólo poseemos noticias indirectas que se han hecho tópicas, según tendremos ocasión de comprobar.

HILO HISTÓRICO DE TORIL.

1. TORIL EN LA EDAD MEDIA: EL SEÑORÍO DE PLASENCIA EN El CAMPO ARAÑUELO Y LA JURISDICCIÓN ECLESIÁSTICA DE JARAÍZ.

Según los datos que poseemos, la diócesis de Plasencia fue erigida en 1189 por el Papa Clemente III a instancias de Alfonso VIII, rey de Castilla. La bula original no se conserva, pero sí consta íntegra, aunque sin fecha, en otro texto del Papa Honorio III firmado el 14 de Noviembre de 1221 en el que se ratifica la fundación de la diócesis. En el marco de sus estudios medievales, Elisa Carolina de Santos Canalejo nos aporta una serie de noticias que todos han repetido. Sobre Toril podemos concluir que se asienta vinculado a sexmo del Campo Arañuelo, que junto a los otros dos del Valle y Trasierra, y de la Vera contemplaban la división medieval el territorio diocesano. El «sexmo era el nombre genérico del distrito rural de carácter administrativo y fiscal en contraposición al de collación que se refería a distrito urbano. Por eso, es lógico referir el pueblo a la comarca donde se encuadra Toril, pero con tres advertencias que no siempre recogen lo trabajos que siguen el itinerario de esta brillante investigadora.

En primer lugar, debe quedar claro que la vertebración de los pueblos y parroquias en Extremadura fue un proceso muy lento, impulsado especialmente desde el siglo XIV per que no se concluyó hasta finales del XV. No es difícil imaginarlo: a la propia dificultad de la reconquista frente a las tropas musulmanes, la tupida presencia de los bosques mediterráneos que aún conforman la orografía de Toril y de toda la comarca, ciertamente debía impedir un avance rápido de l domesticación del paisaje.

La segunda precisión viene de su dependencia administrativa. Toril era un lugar de jurisdicción de la ciudad de Plasencia, como ya consta en un pleito de 1494.

Con anterioridad a esta fecha, Toril ya dependía de Plasencia según un inventario de Mayorazgo y Cuentas fechado en 1945, circunstancia mantenida tanto en el siglo XVI, donde aparece como villa; lo cual nos indica que se puede ahondar en el Archivo municipal placentino para encontrar referencias indirectas sobre Toril

El tercer apunte crítico que establecemos proviene de la jurisdicción eclesiástica, y es un dato oscurecido o pasado por alto sin la menor atención ente los estudiosos de la comarca. Por una relación de las Parroquias del Obispado de Plasencia de 30 de Abril de 1572, conocemos que el municipio de Toril, dependía de Jaraíz, es decir, era una parroquia aneja a las de Jaraíz. Tal dependencia no debe pasar desapercibida porque Jaraíz llegará a convertirse en Vicaría, una división administrativa de la diócesis que ejercía competencias judiciales tanto en el campo religioso como en el civil.

2. EL AUGE DE LOS SIGLOS XVI Y XVII.

Durante el siglo XVI la diócesis de Plasencia estuvo gobernada por algunos de los obispos más relevantes de su historia: Bernardino López de Carvajal, Gutiérrez Vargas de Carvajal, Pedro Ponce de León… En especial, Don Gutiérrez Vargas de Carvajal, cuyo pontificado se extendió entre 1523 y 1559, nos merece una especial atención. Y no por su interesante biografía , ni por su afamado mausoleo de Madrid, sino porque su escudo aparece en el templo parroquial de Toril, señal inequívoca de que se construyó, como otros muchos de la geografía diocesana, durante los años de su gobierno al frente de la diócesis placentina. 

Pero su labor constructora de templos, no era la única que necesitaban las parroquias: también había que dotarlas de medios económicos de subsistencia. Por eso, en la época florecen las capellanías, fundaciones  pías de sencillo mecanismo de iniciación. Bastaba un legado de dinero, de bienes inmuebles o de tierra y ganados para que una o varias personas instituyeran unos beneficios a favor de una parroquia, la cual correspondía fundamentalmente mediante un número determinado de misas que el párroco o el capellán beneficiado de la fundación aplicaba por las intenciones señaladas, las cuáles casi siempre eran por el eterno descanso de los fundadores y sus familias.

Con esta idea en la cabeza, para rastrear datos indirectos de la historia de Toril, nos dirigimos al Archivo Diocesano de Plasencia, a su sección de fundaciones; y allí encontramos la Escritura de coalición y fundación de la capellanía que fundó Juan de Almaraz, clérigo estante en Indias, natural del lugar de Toril y de otras memorias.  El clasificador de cartón donde se encuentra, contiene 16 documentos distintos sin numerar, pero independientes entre sí al estar cosidos por bramante y por separado. Parece que sólo corresponden a tres memorias o capellanías distintas: la señalada de Juan de Almaraz que algunos documentos llaman Juan García de Almaraz ; otra de Ana García, viuda de Diego Aparicio; y una tercera de varias personas. Evidentemente se trata de los documentos más antiguos que se conservan sobre Toril y, aunque sólo sea por recuperar la figura de este clérigo indiano, el esfuerzo de estas líneas merece la pena. 

Sobre otros detalles de la capellanía podemos añadir que es nombrado patrón de la memoria de las misas <<el justicia y regimiento del dicho lugar de Toril>>. Sobre el capellán dice <<que sea preferido primero el pariente mío, y después el natural del pueblo>>. Y a los bienes que la constituyen , según señalaba el testamento, más adelante se añade la casa de sus padres.

3. EL DECLIVE DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX.

El esplendor de Toril en los siglos XVIII y XIX que hemos repasado de forma somera, dio paso a una época de franco decaimiento en la que tuvieron una especial relevancia las guerras de sucesión y de independencia. En los interrogatorios del siglo XVIII que se han publicado, aparece contrastada con lacónica nitidez negativa de la guerra para la definitiva suerte del pueblo. En aquella época, observamos que en la parroquia, a finales del siglo XVII; había tres cofradías diferentes : la de Ánimas, la de la Virgen del Rosario y la de la Virgen de la Piedad. Sin embargo, sabemos que en 1791, sólo permanecía la del Rosario.

Por otra parte, entre el 11 y 15 de mayo de 1687 hubo un Sínodo diocesano convocado y presidido por el entonces obispo José Jiménez de Samaniego, fraile franciscano que abordó notables reformas institucionales en la Diócesis. En concreto sobre las cofradías, el Sínodo dedica 6 constituciones que versan muy diferentes asuntos: no hacer nuevas sin licencia previa del Prelado, revisar los estatutos de las ya existentes, reducir a un número no muy exagerado, no utilizar sus fondos para fiestas profanas, obligación de presentar sus cuentas al Obispo… En particular, el Sínodo exige que en cada parroquia haya obligatoriamente las cofradías del Santísimo Sacramento, de la Vera Cruz, del Rosario y de las Ánimas. Por eso, no es de extrañar que entre el decaimiento del pueblo y esta normativa diocesana, ciertamente en 1971 sólo permaneciera la referida del Rosario. Y no tenemos ningún testimonio documental directo o indirecto sobre la devoción a San Blas, la única que hoy permanece.

4. CONCLUSIÓN.

La historia de Toril ciertamente corre pareja a la del Campo Arañuelo, pero ha de recuperarse su vinculación civil con la ciudad de Plasencia y su dependencia eclesiástica de las parroquias de Jaraíz.

El esplendor que se ha dibujado en Toril durante los siglos XVI y XVII nos ha permitido recuperar la memoria de Juan de Almaraz, clérigo indiano nacido en Toril. Ciertamente se podría haber investigado mucho más sobre las circunstancias de este personaje, pero nos conformamos con haber recuperado su memoria y haber dejado el camino abierto a otras indagaciones. De hecho, mediante este hallazgo nos hemos encontrado con los documentos más antiguos que se conservan sobre el pueblo y con noticias de algunos de los moradores del mismo durante el siglo XVI.

El doloroso declive de los siglos XVIII y XIX, con mayor abundancia documental, nos ha permitido confirmar el deterioro tan dramático que las guerras produjeron aquí. Con todo, ha sido muy gratificante determinar el emplazamiento del retablo de Santa Úrsula, el cual vino a desaparecer en esta villa después de un largo recorrido desde El Escorial hasta Yuste. 

Con todo, por el camino han quedado algunos testimonios documentales como las estadísticas de los diezmos que el pueblo aportó durante algunos años de los siglos XVII y XVIII. Aunque localizados en el Archivo Diocesano, no era posible anotarlos por carecer de otros estudios que se pudieran usar como referencia. 

Información: de la web del Ayto. (https://www.toril.es/historia)

Escudo: De SanchoPanzaXXI – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6966273

50/230 – Tejeda del Tiétar

En el origen de los asentamientos de la zona donde actualmente está Tejeda existen restos de la época de los romanos que nos dan indicios de que ya había poblamientos más o menos estables. Su nombre viene derivado del árbol del tejo, taxus en latín. Destaca en la comarca por sus variadas muestras de arquitectura religiosa, por la blancura de sus caseríos y por sus sabrosas perrunillas elaboradas en horno de leña.

El 28 de abril de 1656 Felipe IV vendió esta villa a la Condesa de la Roca y Vizcondesa de Sierra Brava, Doña Catalina Antonia de Vera y Tovar. Ésta, antes de morir, liberó a la localidad de todo señorío y vasallaje, gesto que está grabado en piedra en el Ayuntamiento de Tejeda. Leyenda: se dice que un toro pastaba en lo que hoy es la Dehesa de Paniagua, y solía alejarse diariamente de la vacada siguiendo siempre una misma y extraña dirección. Tal proceder acabaría llamando la atención del vaquero, quien se decidió a seguir los pasos del animal. Su sorpresa fue mayúscula cuando comprobó que el toro permanecía reclinado ante la talla de una Virgen, que la bestia había desenterrado al escarbar junto al tronco de un árbol.

Info de la Web del Ayuntamiento

Escudo de De Erlenmeyer, CC BY-SA 4.0, Enlace

49/230 – Valdeíñigos

Valdeíñigos es un pueblo de colonización creado en los primeros años de la década de los 50. Logró ser reconocido como entidad local menor en el año 1958. Tiene una superficie de 406 hectáreas, la gran parte dedicada al regadío (parcelas de 4 hectáreas), pedania de Tejeda del Tietar y perteneciente a la vera. 

48/230 – Arroyomolinos de la Vera

El municipio de Arroyomolinos de la Vera debe su nombre a los numerosos cauces que atraviesan su término. Entre ellos podemos destacar el Arroyo San pablo, llamado así por su cercanía con la antigua ermita de este Santo, ubicada antaño en el actual cementerio, y la Garganta de la Desesperá, pieza fundamental de sus pequeños regadíos, ya que se trata de un pueblo eminentemente agrícola y ganadero. Por su emplazamiento es el primer pueblo de la Vera «donde empieza el frutal y el olivo muere». El pueblo fue fundado en el año 1228 por orden de Alfonso IX, tarea que fue requerida a Don Rodrigo Iñiguez, si bien existen vestigios de pobladores romanos, visigodos y árabes. Todos ellos dejaron su huella en aspectos diversos como el aprovechamiento hidráulico de los recursos del municipio o en algunas de las edificaciones. Unos de los eventos más importante de la historia de la localidad fue la Batalla del Arroyo de los Molinos, donde las tropas napoleónicas en la «Guerra de la Independencia» fueron derrotadas. A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, conocido entonces como Arroyomolinos de la Vera. Desde 1824 quedó integrado en el Partido Judicial de Plasencia. En el censo del año 1842 contaba con 100 hogares y 550 vecinos. Segun los datos publicados por el INE a 1 de Enero de 2022 el número de habitantes en Arroyomolinos de la Vera es de 412.

Escudo creado por CC BY-SA 3.0, Enlace Info de la Web del Ayuntamiento