37/230 – Losar de la Vera

El asentamiento humano en la zona se remonta a la época paleolítica como lo muestran los diferentes objetos de caza, guerra y cerámica encontrados en diversos lugares de la Comarca de la Vera. Estos asentamientos estuvieron favorecidos por las excelentes condiciones climatológicas, la fertilidad de los suelos, la abundancia de agua y la seguridad defensiva, que un territorio tan abrupto proporcionaban a sus moradores.

Aunque la presencia humana se remonta a muy antiguo, la población de Losar se cita por primera vez de forma expresa en la segunda mitad del siglo XII, cuando Alfonso VIII realizó la asignación de términos en el año 1189. En esta época se produce un proceso repoblador que marcará el futuro de la población. La procedencia astur leonesa de los repobladores imprimirá las peculiaridades lingüísticas, el folclore popular y el tipo de vivienda rural de la zona. También la repoblación trajo consigo el tipo de régimen de propiedad rural caracterizado por la asignación de pequeños lotes de tierra en propiedad para usos agrícolas y el aprovechamiento colectivo de los bosques y los pastos, régimen que se mantuvo durante siglos.

A principios del siglo XIII, Honorio III concedió al Arzobispo de Toledo, Don Rodrigo Jiménez de Rada, una bula para construir iglesias en diversos lugares recién conquistados de Castilla la Nueva y Extremadura. Entre estos lugares se encontraba Losar, de lo que puede deducirse que la localidad contaba ya con un número de habitantes considerable. Losar también aparece mencionado en la Constitución de la catedral de Plasencia en 1254, como una de las aldeas del Sexmo de la Vera, junto a Jaraíz y Cuacos. Su término fue donado por Alfonso VIII a la ciudad de Plasencia en 1227. Losar pasó entonces a formar parte de la Tierra de Plasencia, disponía de bienes de “propios” formados por tierras, montes y bosques; y también de tierras comunales que eran aprovechas por los vecinos.

A finales de este siglo y durante el siglo XIV, la población de Losar y de la comarca de la Vera en general vio incrementado el número de habitantes con la incorporación de importante población de origen judío.

Al contrario que otras poblaciones de la Vera, Losar se mantuvo bajo el dominio del poder real, excepto durante periodos cortos de tiempo. En 1442 la ciudad de Plasencia y su Tierra fueron donadas por el rey Juan II a Don Pedro de Estúñiga, pero la llegada de los Reyes Católicos supuso el fin del dominio de los Estúñigas y en las Cortes de Toledo de 1480 Plasencia y su Tierra se incorporaron de nuevo al poder real. En 1659 el municipio fue vendido a D. Juan Bautista Serra, Marqués de Villalegre, junto con los de Cabezuela del Valle, Miajadas, El Toril, Robledillo y Talayuela, como medio de nutrir las esquilmadas arcas de la monarquía. Pero la ciudad de Plasencia, perjudicada por esta decisión, presentó un pleito ante el Consejo de Hacienda ganado por la Ciudad del Jerte, con lo que el Corregidor de Plasencia pudo continuar con el uso y ejercicio de la jurisdicción de estas tierras a través del Sexmo.

En 1480 se construyó la actual Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol sobre una iglesia primitiva. Este fue un periodo próspero para Losar pasando de 280 habitantes en 1494 a 425 en 1530, debido a la mano de obra generada por la construcción de la Iglesia. Muestra de este desarrollo fue la aprobación de las Ordenanzas Municipales de Losar de 1522. El emplazamiento de la Iglesia condicionará el asentamiento definitivo de la población. El casco urbano empezó a desarrollarse en forma radial alrededor de este edificio.

A mediados del Siglo XVII el municipio entró en un periodo de decaimiento por motivo de la Guerra con Portugal que supuso la llegada de soldados heridos y enfermos que propagaron las enfermedades entre los naturales del lugar. Losar adquirió el título de Villa el 22 de marzo de 1662. En él se menciona que la jurisdicción de Losar se extiende desde «el sitio del Charco de las Bramaderas, en el sitio de Nuestra Señora del Cincho, prosiguiendo detrás de su ermita hasta entrar en el río Tiétar, río arriba, incluyendo las dos ventas que se encuentran en su ribera. Dejando este río se dirige al mojón de Guijo Blando, próximo al río Moros, este río arriba a dar en su puente, después río arriba y sierra adelante hasta la cumbre, aguas vertiente acá , hasta las tierras del Excmo. Duque de Alba, desde allí sierra adelante hasta donde el sol se pone, Los Linarejos.»

En el siglo XVIII se produjo un relanzamiento de la actividad y el desarrollo del municipio, sólo empañado por la crisis del Castaño a mediados de siglo, que obligó a un cambio significativo en los cultivos y forzó la roturación de nuevas tierras del término municipal.

En el siglo XIX continuó el crecimiento económico y demográfico del pueblo. Así en 1840 contaba con cerca de 2000 habitantes. Hay que destacar que en este siglo, las desamortizaciones civil y eclesiástica no tuvieron repercusión significativa en la localidad. El fondo de propios y comunes no se vio afectado, y sólo el clero secular sufrió la desamortización en pequeña cuantía (3 has., y 49 olivos) pertenecientes a la Fábrica Parroquial, Cofradía de Animas y Capellanías vacantes.

En el siglo XX Losar se mantiene estable con pequeños altibajos propios de las sociedad rurales basadas en una economía de subsistencia,  muy sensibles a las inclemencias meteorológicas y a las epidemias que caracterizan la historia de estas sociedades desde el medievo hasta la llegada de los avances médicos y el desarrollo económico a partir, sobre todo, de la década de los años sesenta del pasado siglo.

La Guerra Civil no tuvo una especial incidencia en el municipio, que quedó bajo la influencia del Frente Nacional. La convivencia en la localidad no sufrió incidentes destacados gracias a la labor de los dirigentes municipales del momento, a diferencia de otros municipios de la comarca donde las represalias y ajusticiamiento tuvieron mayor importancia

Tras la Guerra Civil el municipio continuó bajo una débil economía de subsistencia que se agrava con el crecimiento demográfico causado por las mejoras sanitarias que lentamente llegan a la localidad, provocando un serio desequilibrio entre la población y los recursos naturales existentes.

España abandona el sueño autárquico a finales de los cincuenta y empieza a abrirse a Europa. A partir de este momento, el desarrollo económico del país se acentúa, sobre todo en zonas como Madrid, Cataluña y País Vasco, lugares que, junto a Europa, serán los destinos principales de los losareños en el proceso emigratorio que caracteriza los años 60 y 70 del siglo XX.

La pérdida poblacional en la localidad estuvo mitigada en parte por la roturación y puesta en riego de las tierras de la Finca el Robledo. A finales de los años 50, este acontecimiento palió la pérdida de población pues muchas familias encontraron el sustento necesario y no marcharon de la localidad y sentó las bases del desarrollo social y económico del municipio hasta la actualidad.

Fuente: Ayuntamiento de Losar de la Vera

36/230 – Viandar de la Vera

El término municipal esta situado en la falda meridional del Sistema Central, por lo que cuenta con un relieve abrupto y con fuertes pendientes teniendo las mayores alturas en la Sierra de Martinejos, en el Pico del Cancho (2.274 m.) y la Loma de la Cumbre. La red fluvial que riega el término esta constituida por numerosos arroyos y gargantas, que tienen su desembocadura en el rio Tietar.

Enclavado en la serranía Verata mantiene buenas muestras de la arquitectura tradicional. En 1642 se separa del Señorío de Valverde y conserva su título en pergamino firmado por Enrique IV, así como la Picota o Rollo, símbolo de su independencia. Su término fue habitado desde los tiempos más remotos, encontrándose huellas de un castro celtíbero en el Cerro del Castrejón.

En época medieval dependió del señorío de Valverde, concedido por el Rey Sancho IV (y confirmado por su Fernando IV «El Emplazado» en 1309) a Don Nuño Pérez de Monroy, abad de Santander, familia que lo conversó hasta finales del siglo XIV. A mediados del siglo XV pasó a manos de los todopoderosos Zúñigas, Condes de Nieva, obteniendo el municipio el título de Villa en 1646, bajo el reinado de Felipe IV, conservándose el original en el Archivo Municipal del Ayuntamiento.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional, hasta entonces conocido como Viandar en la región de Extremadura, desde 1834 quedó integrado en Partido Judicial de Jarandilla, contaba en el censo de 1842 con 100 hogares y 548 vecinos, en 2020 contaba con 219 vecinos.​

Su economía se asienta sobreactividades tradicionales como la agricultura (pimentón con denominación de origen) y ganadería, aunque cada vez tiene mas peso el sector servicios relacionado con el turismo de naturaleza.

35/230 – Talaveruela de la Vera

Talaveruela de la Vera es un municipio español, en la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura. La población se basa principalmente en la agricultura y construcción. El tabaco, el olivar, y los higos son la base económica de esta población. En menor medida está la ganadería, todavía quedan pastores que se dedican a las cabras y vaquerías. La construcción es una fuente de empleo en este pueblo, que con dos empresas surte de trabajo a los jóvenes de Talaveruela de la Vera.

En la Edad Media, La Vera se independizó de Plasencia y formó importantes señoríos como los de Valverde, Jarandilla y Pasarón, que más tarde, en los siglos XVII, XVIII y XIX, se desmantelarían ya que todas las aldeas se hicieron independientes. Junto a Talaveruela, pertenecían al Señorío de Valverde, Viandar, Madrigal, Villanueva y Salobrar.

En esta población murió Dª Leonor, hermana de Carlos V, durante el viaje que hacía, para visitarle en su residencia del monasterio de Yuste.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional, entonces conocido como Talaveruela, en la región de Extremadura que desde 1834 quedó integrado en Partido Judicial de Jarandilla que en el censo de 1842 contaba con 160 hogares y 876 vecinos, en diciembre de 2021 cuenta​ con 365 habitantes.

En la actualidad es Ayuntamiento de la Provincia de Cáceres, Partido de Navalmoral de la Mata y de la Audiencia Territorial de Cáceres, en lo eclesiástico la parroquia de San Andrés, depende del Arciprestazgo de Jarandilla de la Vera, Diócesis de Plasencia y Archidiócesis de Mérida-Badajoz.

34/230 – Valverde de la Vera

A continuación también os dejo un par, de las más de 900 fotografías que tomé, más recientemente, para la Organización de la prueba ciclista BTT denominada Desafío KVB – La Conquista de La Vera 2021 a su paso por esta localidad.

El señorío de Valverde tiene una historia compleja. No se sabe bien en qué circunstancias se fundaría la aldea de Valverde (en cuanto a la Villa sí), pero debemos pensar que tal hecho estaría directamente enlazado con la necesidad de ampliar el poblamiento de estos territorios después de la Reconquista y, sobre todo, con la fundación de Plasencia por Alfonso VIII, a finales del siglo XII.

Aún en el año 1254, no tendría parroquia, pues su Iglesia no se cita en los Estatutos de entonces de la catedral de Plasencia, para el diezmatorio, que datan de esta fecha. Se cree que a finales del siglo XIII, Valverde de la Vera contaría con censo necesario, porque en ese tiempo, antes de morir el Rey Sancho IV el Bravo, entre 1284 y 1295, donó el pueblo, junto con el de Jarandilla, en calidad de señorío, a Nuño Pérez de Monroy, Notario Mayor de Castilla, Abad de Santander, Arcediano de Campóo y Canciller y Confesor de la Reina María de Molina. Le confirmó la donación, su hijo Fernando IV de Castilla, el día 21 de abril de 1309, en calidad de Villa.

La muerte del Abad, el 2 de agosto de 1326, hizo que heredase el señorío su hermano Fernán Pérez de Monroy «El Viejo», segundo señor de Valverde y constructor del magnífico Castillo de Monroy. Posteriormente lo recibió el primogénito de este último que llevaba el mismo nombre y retuvo el mencionado estado feudal por privilegio de Alfonso XI de Castilla, en Sevilla, con fecha 30 de diciembre de 1344.

Vicisitudes tras vicisitudes, después pasó al reino a manos de su hija Catalina Alonso de Monroy y del esposo de ésta, Mosén Guirao, y luego a los hijos de ambos, Fernán Pérez de Monroy III, quinto señor de Valverde (por ratificación de Juan I, «1379»), el cual luchó encarnizadamente con los Almaraces, irreconciliables de su familia: Juan Gómez de Almaraz llegó a poner sitio al castillo de Valverde a finales del siglo XIV, fracasando y muriendo en el empeño. Fernán Pérez de Monroy III murió con más de setenta años asesinado por Diego Gómez de Almaraz, que había jurado vengar la muerte de su padre.

En tiempos de Enrique III, el de las Mercedes, heredó el señorío, por derecho de consorte, el mariscal de Castilla y señor de Arroyo Garci González de Herrera. Murió sin descendencia y ésta fue la razón por la que el rey Enrique III entregó Valverde al infante Don Fernando que, a su vez, lo cedió a Beatriz de Portugal, séptima señora de Valverde. Según afirma Velo y Nieto, Beatriz se casó con Pero Niño y tuvieron una hija, Leonor Niño de Portugal, octava señora de Valverde. Leonor, por su parte, se desposó con Diego López de Zúñiga, a quien Enrique IV concedió en 1473 el condado de Nieva.

Reposan ambos cónyuges en sendos sepulcros que se conservan en la parroquia y su unión explica que, desde este momento, el señorío de Valverde pasase a depender de la poderosa familia de los Zúñiga (emparentada luego con los Velasco) que lo conservó hasta el siglo XIX.

Del dominio de los Zúñiga sobre la aldea de Valverde tenemos una prueba en el rollo o picota, que permanece en una recoleta plazuela de la localidad. Es de suponer que fuera construido por los Monroy al ser concedida a la aldea la calidad de Villa, sería a partir del 1309 en la primera mitad del Siglo XIV. Como se observa en la parte de arriba, el rollo fue aumentado por los Zúñiga, por eso existen los dos escudos de ambas casas.
En el año 1811 Valverde de la Vera sufrió las consecuencias de la ocupación francesa y Guerra de la Independencia, hubo tropas acantonadas como en otros lugares de la comarca: la iglesia fue convertida en cárcel pública por los invasores, celebrándose la misa mientras tanto en la Ermita del Santo Cristo del Humilladero.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad de constituye en municipio constitucional, desde entonces conocido como Valverde de Vera en la región de Extremadura y que desde 1834 quedó integrado en Partido judicial de Jarandilla​que. En el censo de 1842 contaba con 240 hogares y 1315 vecinos, en 2020 contaba con 465 habitantes.